++++ ~ Quizá hayamos vivido mil vidas antes que esta & nos emos encontrado en cada una de ellas ~

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Demasiado dolor no cumpliralas

Empezó a caminar y al girar en la esquina, rompió la regla número uno.
En este instante comprendió que iban a llegar los problemas y que todas las clases y las terapias no habían servido de nada.
¡Estúpida! ”, pensó apretando los dientes. Siguió su camino pero ya le temblaba cada pelo de su piel. Cuando vio aparecer las sombras, se quedo helada. Se dijo que podía cumplir el resto de reglas y la dejarían en paz. Pero ni ella misma se lo creía del todo.


Uno del grupo- Eh, ¿a dónde va esta muñequita?


No contestó, aquella voz rasgada y muerta le encogió un poco más el corazón. Intentó levantar la vista. Un grupo había salido del callejón de la izquierda y caminaban tras ella.


Uno del grupo- Huele a un conejo cobarde y asustado, chicos.


Uno de ellos- ¡No huyas, princesa!


Reían a carcajada limpia. Se lo habían repetido tantas veces, que podía deletrear cada palabra de cada frase sin pensar. Pero ella no aprendía nunca. Quizá se merecía aquella paliza, quizá incluso estuviera destinada a pasar por aquello por desobediente.
Sin meditarlo echó a correr. Aquel pánico que la había atormentado tantas veces volvía para capturarla. Ellos también empezaron su carrera y ella aceleró el paso todo lo que pudo. Notaba cómo el asfalto quemaba la suela de sus zapatillas y sentía el ardor en los pies. Tenía la sensación de no avanzar en absoluto. Creía que el corazón se le saldría por la boca, los pulmones estallarían y caería al suelo del esfuerzo sobrehumano que estaba haciendo. Quiso girar una esquina pero no llegó a tiempo.
Ella no se cayó, ellos la tiraron.
El primer golpe en las rodillas consiguió hacerle tocar el suelo con el rostro. El segundo fue directamente a la cabeza.
Hilos de sangre caían por su nariz. Palabras lejanas se amontonaban en sus tímpanos. Dejó de escuchar y de ver, hundiéndose en un llanto silencioso.
Su cuerpo no quiso oponer resistencia. Se aovilló esperando quedarse inconsciente lo antes posible. En su cabeza se repetían las reglas continuamente, pretendiendo no olvidarlas la próxima vez… Era demasiado doloroso no cumplirlas.


1. Nunca mires al suelo, mantén la vista fija en un punto y síguelo.
2. Cabeza alta, espalda recta y respiración tranquila.
3. No contestes a las provocaciones.

4. Nunca aceleres tu paso

.