++++ ~ Quizá hayamos vivido mil vidas antes que esta & nos emos encontrado en cada una de ellas ~

lunes, 8 de noviembre de 2010

En aquel hotel.

La miró y luego la rodeo con su brazo. En aquel hotel donde se veía toda la ciudad. Pequeñas luces se movían bajo ellos. El cielo azul se abría sobre sus mentes, llenas de recuerdos, de nostalgia y de melancolía. Empezaba a hacer frío.


Ella- Recuerdo el dolor de estómago que tuve cuando Verónica pasó a ser tu compañera de clase y se reíais a escondidas de los profesores. Te devolvió la sonrisa y me hervía la sangre cuando pasaban juntos por el pasillo y se juntaban en la biblioteca para estudiar.


Él- Verónica es sólo una amiga, muy buena amiga. Nunca tuvimos nada.


Ella- Lo sé, pero es tan inteligente y dulce… Tiene talento y encanto, le cae bien a todo el mundo y no necesitaba una falda corta ni un escote de vértigo para llamar tu atención. Y en cierto modo lo conseguía, porque no sé en qué momento dejaste de pensar en como algo más.


Él (dijo sin mirarla)- No fue ella quien me hizo dejar de pensar en ti

Ella- Elías no quiero discutir, no quiero echártelo en cara. Pero en realidad fuiste tú, tu actitud, me hiciste ver que yo no tengo lugar en tu vida.


Él- ¿Crees que no sé qué imagen tiene todo el mundo de mí? Sé cómo he sido, cómo soy… Me gusta salir de fiesta, emborracharme y acabar bailando encima de alguna mesa. Me siento libre y me ayuda a dejar de pensar en todo lo que tengo que perderme por hacer lo que está bien, lo que la gente dice que está bien. Todos esperan que sea uno de esos típicos hombres de diez, que tenga un trabajo, una familia y no sé esperan que sea una persona que yo no quiero ser pero bueno, algunos dicen que tengo que ser de tal forma y otros de otra o no lo sé algunos quieren lo mejor y otros lo peor. Eso es lo que se espera de mí y quizá incluso me lo merezca

Ella (le dijo en voz alta) - ¡No digas eso!


Él(La tomo de las manos y ella derramó algunas lágrimas.)– Leila Eres la mujer más increíble del universo.

La besó y ella enredó sus manos en su cuello. Él volvió a sentir las ganas de besarla una y otra vez, de fundirse con ella y empezar a vivir en su interior, como una sola persona. Dejar de ser un alma incompleta, un corazón partido justo por la mitad. Y poder volar muy lejos de aquí los dos junto.

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